“Por mi culpa, por mi culpa por mi gran culpa, por eso ruego, por eso me humillo, por eso me arrodillo, por eso me callo, con eso me callan, me controlan, me rebajan. Por mi culpa, por mi culpa por mi gran culpa. Por eso ruego, por eso pierdo, por eso no veo. Cierro los ojos y pido perdón y espero el abuso y aguanto en silencio y aguanto el silencio”.

La niña la pinta
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2019
De la serie “I loue you / te arriendo”. (2014-2019).
Exploraciones conceptuales de una mujer elefante.

« Nací de « tener el moco en el suelo ». A fuerza de burlarme de la decepción, terminé por encarnarla intentando distintos autorretratos. Ellos revelan y celebran la monstruosidad, la que se afirma, en este intento, como condición para la creación. Durante este proceso, entendí que los arquetipos de género, esas otras monstruosidades heredadas de la tradición judeocristiana; modelos de feminidad y masculinidad, reforzados por las telenovelas, las canciones de amor y la publicidad son jerárquicos, son violentos. Reniego de ellos, de su poder de generar culpabilidad, sumisión y conformismo. Uso el humor para conjurar miedos, clichés, tabúes del cuerpo, de la sexualidad y de la religión ; censuras que se volatilizan en las alcobas e impregnan sus muros. Este es el resultado del cansancio de la represión y de la incoherencia, de la necesidad de decir y de expresarse libremente en la política, en el amor y en el arte ».
Confesiones de Una mujer elefante.

Instalación La ropa sucia se lava en casa

La ropa sucia se lava en casa. Instalación, impresión digital, hilo negro y ganchos de ropa de madera. 2019.

La serie I loue you / te arriendo es la manifestación de preocupaciones sobre la intervención de los órdenes político, religioso y económico en la intimidad, principalmente en la de la pareja. Como en otras propuestas de Corazón Desfasado, de Fritta Caro, el espacio de exposición es cuestionado, pero esta vez por Una mujer elefante. La galería se vuelve alcoba, este es su hábitat y redefine así el cubo blanco como lugar donde se recrean placeres, miedos, pasiones, entre otras actividades vitales. En medio de sus cosas, ella nos mira y nos pregunta: ¿Son acaso la alcoba, la galería o el arte territorios de libertad? ¿Para quién?
Ver « El cubo blanco o el cuarto de los juguetes (eróticos) »

¿Qué pueden decir los juguetes eróticos, los consoladores, sobre los discursos del arte?

La forma de presentación: fanzine, impresiones en papel bond, plotter. Todo es copia. Esta selección de material y medios corresponde a las condiciones particulares de mi participación en esta muestra, condición que incorporo a la obra. Principalmente se trata de evitar los gastos y tramites de fronteras para el envío de las obras y del hecho de no estar en cuerpo presente en la ciudad para montarla. Esto permite hablar de precariedad y de la intervención en la tecnología digital e internet en la concepción, realización e instalación de una propuesta artística. Para mi, se trata de un ejercicio de toma de consciencia y de coherencia con las condiciones reales en las que las artistas obramos con frecuencia.

Kit de juguetes 3

Kit de juguetes 3. 2019. Vinilo de corte 118 x118 cm.

El ejercicio de mi trabajo artístico se basa en la observaciones de las transformaciones de las identidades nacionales, de los roles sociales y de género, donde los cuerpos son abordados como territorio, como lugar de conquista y de ejercicio del poder.

Esta serie de dibujos de la mujer elefante está influenciado, o está en conversación, con las obras de artistas del Caribe colombiano que conocí muy joven; la escultura « De la serie cama » (1974) de Feliza Bursztyn (1933-1982)  y las pinturas de Norman Mejía (1938-2012).

Otro referente importante para esta serie son los dibujos (graffitis) que se encuentran en los baños públicos y en la escritura de pancartas de manifestaciones políticas en la calle, huellas anónimas, muchas veces colectivas que son el resultado de la urgencia de expresarse libremente. Como mujer en este mundo, una debe insistir para ser escuchada. Esta propuesta es acción; búsqueda de espacios y tiempos para DECIR.

Instalación La niña la pinta
La niña la pinta, Instalación. 2019. Compuesta por el fanzine La niña la pinta y

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Banda sonora, 5 min 33.

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La niña la pinta es presentada en la exposición colectiva
Liminalidades, cuerpos, entretejidos y otros lugares
Con las obras de Martha Amorocho, Alexa Cuesta Flórez, Alexandra Gelis, Muriel Angulo, María Eugenia Trujillo, Lisette Urguijo y Helena Martin Franco.
CFCE-Cartagena de Indias. Cartagena, Colombia
2019

liminalidades-cartagena

Liminalidades: cuerpos, entretejidos y otros lugares

A través de la metáfora de la frontera y de sus múltiples figuras, surge esta exposición donde diferentes tipos de líneas y zonas son desdibujadas: lo íntimo y lo erótico; así como las materialidades, los espacios corporales y los de la casa, tradicionalmente decretados como femeninos; son lugares que aquí se deconstruyen. Nos posicionamos precisamente en esa fase intermedia, tan particular de la frontera, denominada liminalidad. Esta fase caracterizada por estados ambiguos, transitorios, procesuales, imprecisos, de cambio, etc.; es donde la posibilidad de subvertir normas se abre camino.

El término antropológico de liminalidad evoca un pasaje temporal o espacial entre dos posiciones estables, reglamentadas e integradas por la sociedad. Se trata de una instancia imprecisa, despojada de todo estatus identificable y definitivo. Desde ese punto, la liminalidad no es entonces ni masculino ni femenino, no es conflicto ni tregua, no tiene un aquí ni un allá. La liminalidad integra y da lugar a situaciones de cambio, en suma, liminalidad es alteridad y alteración.

Por ello, la alteridad emerge en nuestras obras como respuesta a un contexto inmutable en sus preceptos, y por ende, sin la posibilidad de generar nuevas singularidades. En esta muestra concebimos el espacio físico de la sala expositiva como un lugar liminal, donde las obras se interrelacionan creando dialécticas múltiples, donde los conectores reorganizan identidades y, sobre todo, donde se cuestionan las relaciones normativas entre los sexos.

Más precisamente, las obras propuestas cuestionan la insidencia de lo normativo en la construcción de la identidad. Aquí, las fronteras corporales se disipan, los espacios más íntimos se dan a ver, las subjetividades se exhiben sin reglas ni tapujos; de esta manera el espectador es invitado a recorrer lugares donde los cuerpos se abren y se reorganizan en nuevas hibridaciones. No se trata para nosotras de forzar nuevos arbitrajes ni de eliminar las fronteras abstractas del género, tarea no solo ardua sino imposible ya que siempre nuevos bordes aparecen. Se trata entonces de avivar los contornos, de renovarlos en lo posible a través del caracter liminal que también ofrece el arte.

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