13 de noviembre 2014 en Buenos Aires (Peras de Olmo). La mujer elefante recupera la tierra argentina comprada por Fritta Caro (11 de noviembre), la vacía en sus media de seda, entierra sus pies, se vuelve raíz, la lleva con ella, la tierra, la memoria, la identidad nacional, los principios morales, un modelo de feminidad, el idioma, la idiosincrasia colonizada, el cuerpo postcolonial.

Sus pies no están hechos para ser raíz. Su piel no resiste mucho tiempo el entierro. Estar parcialmente sepultada es como estar parcialmente muerta. La humedad pica, las piedras, trozos de raíces, excrecencias diversas se graban en la piel. Es una sensación nueva y oscura. Hay algo de infancia, de juego de patio, de querer hacer todo con nada.

Ella intenta moverse, cada desplazamiento se hace volumen, masa pesada. Quiere llevar toda la tierra con ella, pero sus patas de elefante se deforman, son unos bultos mal repartidos. Ella es ahora más que nunca un elefante. Cada movimiento es pesado pero no sin consecuencias, a cada paso sus piernas se defiguran, así como sus recuerdos. La memoria, como la tierra que se aferra a sus piernas, se distorsiona. Los hechos pasados cambian de color, de intensidad, poco a poco cambian de lugar, se adaptan al nuevo territorio. Para intentar avanzar, ella lanza una zancada con fuerza hacia delante . La tierra quiere escapar,  las medias de seda se estiran atrapándola, alterando la anatomía, ya no es elefante, ya no es humano, ya no sabe qué es. El movimiento no es natural, las rodillas giran sobre ellas mismas, craquean, los dedos de los pies se tuercen enterrados en la tierra, el cuerpo tambalea. Hay que ir con cuidado, avanzar despacio. Para liberarse del peso y aligera sus movimientos ella camina hacia atrás. La tierra es arrastrada en dirección del cuerpo pero su peso es más fuerte. Las medias, ese simulacro de piel, desnudan lentamente su piel primera en cada paso que ella retrocede, la piel de seda, la tierra, la memoria la abandonan.

Ella queda “desnuda” de la cintura a los pies. Sobre su pubis; una mina de oro, en letras negras está bordado el lema nacional de Colombia : LIBERTAD Y ORDEN.

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NOTAS. Referencias para NEGRO SOBRE ORO
(Algunas pistas)

– Del escudo de Colombia: “El cóndor simboliza la libertad. De su pico pende una corona de laurel verde y en una cinta ondeante, asida del escudo y entrelazada en la corona, se lee sobre oro con letras negras: Libertad y Orden.” (http://www.colombia-sa.com/simbolos/simbolos.html)

– « En América Latina son numerosos los conflictos por la resistencia de las comunidades a modelos de minería que afectan el medio ambiente y vulneran los derechos humanos. La base de datos del Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina (OCMAL) registraba a la fecha de elaboración del informe, cerca de 198 conflictos activos por causa de la mega minería en la región. De esos conflictos, 26 se presentaban en Argentina, 20 en Brasil, 34 en Chile, 12 en Colombia, 29 en México y 34 en Perú. » P. 13. El impacto de la minería canadiense en América Latina y la responsabilidad de Canadá. Resumen Ejecutivo del Informe presentado a la comisión Interamericana de Derechos Humanos. Grupo de Trabajo sobre Minería y Derechos Humanos en América Latina.

– El engaño. (La necesidad de crear espacios de confianza)

La memoria se construye en parte a través de los relatos oficiales y las narraciones orales. El encuentro de cuatro artistas colombianos en Buenos Aires, y la aproximación con el contexto y artistas del país….hablamos tanto, cada historia, cada perspectiva era distinta y terrible. ¿Cómo hemos sobrevivido?, ¿Como hemos sobrevivido al engaño?. Se minimizan las cifras, se tergiversan las causas violentas por naturales, se alteran las consecuencias, se inventan justificaciones, se esconden intenciones.

– La inmigración hacia Canadá y a otros países del hemisferio norte es abordado aquí como consecuencia de conflictos políticos y sociales de los países de origen de los inmigrantes latinoamericanos. Distintos tratados comerciales (políticos) internacionales sean acaso la causa de gran parte de esos conflictos.

– La mujer elefante, protagonista de esta acción, más que una ficción es la encarnación de preguntas que necesitan ser elaboradas. Muchas de ellas tienen que ver con la identidad, con el lugar que ocupa en el territorio inmigrado como en el emigrado. La construcción de una identidad compuesta de reconfiguraciones permanentes es un estado inseguro. Esta inestabilidad se abre a cuestionamientos profundos de principios morales establecidos, de modelos de género impuestos, también favorece la toma de riesgo en la creación, así como fuera del campo del arte.

 

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