El nacimiento de Una mujer elefante coincidió con la visita a un freak-show en Miami. Eso fue en diciembre del 2009. Acababa de terminar la maestria. Estaba enferma; una sobrecarga de estrés invadió todo mi cuerpo resolviéndose en una artritis que me obligaba a hacer todo muy lentamente. Luego de exámenes de todo tipo se pensó que podía sufrir de fibromialgia, pero una semana después de la entrega final, al lado del mar y de la familia, los dolores que me acompañaron durante seis meses desaparecieron por completo. En esta visita a la llamada ciudad del sol, tuve la oportunidad de ir a una feria de atracciones, una experiencia reveladora en medio de esta urbe que es un cruce en la mitad del camino de todo; de la tecnología y del barro, del turismo de todos los colores, de las ilusiones remojadas de un nuevo hogar. Ese era un lugar todavía caribeño; una ciudadela pobre, llena de colores y olores, de signos nacionales cubanos y gringos, de intercambios de comida y dinero, de ruidos de metal y música pop. Era de noche. Entre otras atracciones, visité el kiosko de la mujer araña; en medio de un juego de espejos una mujer morena sacaba su cabeza en un hueco y nos miraba con un desafío incrédulo y flojo. La imagen ficticia era buena, pero la que me impresionó y fue el motor de está acción fue un “freak-show” real. En la entrada de su kiosko decía “ALIVE”, “I am twice as small as my 8 year old son”, “Special, 50¢ Today”. Al interior en un pequeño cubículo a la altura de mi cintura, se encontraba una pequeña mujer mayor, sentada en una mini poltrona. Estaba acompañada por un mini ventilador, una cesta para la propina, un cuadro enmarcado con varias fotos de familia y un letrero que decía “Tips are appreciated. God Bless & Thank You. A Picture With Your Camera – $1.00. See Me Stand Up – $1.00”. La mujer más pequeña del mundo acoge cada visita con el mismo relato aprendido de memoria. Ella se cuenta. Ella nos dice quién es, de donde viene, quiénes eran sus padres.
Desde que llegué a Montreal, en mi trabajo de creación se ha desarrollado un importante interés sobre la función de los relatos autobiográficos y la reconstrucción de la identidad. Por la misma razón, este encuentro fue una revelación. Entonces, quedó pendiente, un freak-show de una mujer elefante a la espera del contexto ideal.
Antes del freak show de una mujer elefante en el cabaret de la Chute miraculeuse, ella se dejó sorprender por la Colectiva Tribu, quienes realizarían un performance al final del cabaret. Une femme éléphant à la loge >>
Elle se raconte elle-même
Audio du Freak Show à la Chute Miraculeuse
« L’étrangère » extrait du Freakshow d’Une femme éléphant.
Version Originaire de Liliana Felipe. Traduction en française par Fritta Caro et La Presa.
(ici bas, version du #25N 2023 à Tiohtià:ke-Mooniyang-Montréal)